La frase “Qué imagen tan realista, si parece una foto” es recurrente en el mundo de las reconstrucciones virtuales Y en el de la pintura. Todos estamos de acuerdo en que la irrupción del 3D en el mundo de la Arqueología supone un beneficio para la interpretación del pasado . Pero el realismo no es una panacea. Es más: ¿Qué entendemos por realismo? En el mundo de la infografía se suele pensar en el realismo fotográfico, pero hay muchos realismos, todos tan verdaderos o tan falsos como el fotorrealismo que tanto gusta a los infografistas, y que disfruta de la etiqueta de “mostrar la realidad tal y como es”, como si las fotos no pudieran contar falsedades.
Las imágenes tienen bastante resolución para ver los detalles haciendo clic y con la lupa. No te las pierdas.
Quien conoce algo de Arqueología o de Historia sabe que en el presente se hallan todos los momentos del pasado, que vamos arrastrando nuestra Historia y no podemos librarnos de ella. Buena ocasión para tratar de las imágenes que precedieron al mundo virtual. Aprendamos de los viejos maestros, porque nada nuevo hay bajo el sol.
Peter Brueguel el viejo. La torre de Babel. 
Aunque el espacio 3d se mostraba ya en la pintura (por ejemplo la flamenca) tratado a ojo, el primer intento reglado de representarlo fue la invención de la perspectiva. Mediante puntos de fuga se representaban los edificios y sobre ellos se distribuían los personajes, cuyo tamaño disminuía con la distancia. Fijaos en este clásico de Leonardo con la rejilla en el suelo a modo de enlosado. (clic en las imágenes para verlas grandes y con la lupa más grandes). Este tipo de representación debió ser a la pintura del siglo XV lo que la aparición del 3D al dibujo arqueológico.
Pero las imágenes en perspectiva se hacían cansinas, porque limitaban las posibilidades creativas del artista que, en un momento dado puede querer dar protagonismo a otras cosas en su discurso narrativo. La escuela de Atenas es una de las obras más conocidas de Rafael, utilizando también el punto de fuga central que dirige la mirada del espectador, y que finalmente llega a convertirse más en un truco de dibujo que en un verdadero recurso artístico. Rafael es uno de los tres grandes genios del Renacimiento, según dicen, pero a mi me parece flojillo como pintor.
Nos cansamos de siempre lo mismo y tenemos que cambiar para seguir vivos. En el barroco deja de interesar la perspectiva y, sin ignorar sus hallazgos, se buscan otro tipo de imágenes. Mira esta calle de Vermeer, en la que presta más atención a los materiales constructivos y a la gente que está en la escena que a representar el espacio tridimensional, que es secundario.
Gran pintor. Fijate cómo hace los ladrillos por el procedimiento de pintar las llagas; y fíjate en el encalado blanco de las fachadas. En fotografía lo llamaríamos balance de blancos. Vaya gozada de cuadro! y vaya trabajo de texturización. Quien tenga la suerte de vivir cerca de Madrid habrá podido ver exposiciones monográficas de algunos de los artistas que menciono en este post; la de Vermeer en el Prado.
Canaletto parecía un pintor de postales turísticas de Venecia visto en las malas reproducciones de los libros. Cuando vi sus cuadros por vez primera me quedé patidifuso. A Canaletto, como a casi todos los pintores, hay que verlo en directo. Te das cuenta entonces de que jamás vas a superarle en los suyo. Para que un infografista iguale a Canaletto tendrá que hacerlo por otros medios, nunca imitando lo que era la conclusión de siglos y siglos del oficio de la pintura. Queridos amigos, los que hemos nacido en este tiempo no tenemos derecho al oficio del pintor. La Pintura les pertenece porque era lo que ellos tenían, nosotros tenemos otras herramientas a las que dar respuesta.
Si ya teníamos bastante con el clasicismo griego retomado por los romanos y luego vuelto a reinventar en el Reacimiento, en el siglo XVIII se vuelve a la carga con el Neoclasicismo. Cada vez que vuelve resulta más amanerado que la ocasión anterior. En el siglo XX ¿recuerdas? hubo un Neoclasicismo popular que se sustanció en musas y en estatuas de imitación decorando nuestras horteras piscinas. Por suerte en el siglo XXI tenemos posibilidades de tirar por un camino más interesante: asociarnos a la ciencia arqueológica para desarrollar nuevos lenguajes. Debemos pensar en nosotros mismos no como artistas pintores, que es un ideal que ya murió, sino como ilustradores del pensamiento arqueológico. Desarrollemos este pensamiento para convertir nuestra profesión en un clásico para el futuro.
Pero a pesar del amaneramiento del movimiento neoclasicista, pintores buenos los hay, como siempre. Ingres, el abanderado del academicismo, pinta de maravilla, hay que ver sus obras en directo para apreciar la pintura. El pintor pinta, y a través de sus trazos y de la materia pictórica ves al autor. En infografía sucede lo mismo; para que sea de calidad hay que ver la intención de quien la trabaja. Eso gusta a quien lo ve, le otorga el calorcillo que todo lo humano debe tener para sentirnos confortables.
Gran parte de los pintores neoclásicos estaban constreñidos por la imposición académica y resultan fríos y duistantes en su perfección. Cuando vas por un museo tu mirada resbala por esas obras sin detenerse. No es el caso de Ingres. Fíjate en este dibujo, qué delicia. Ingres nos quiere. 
Art pompier es una denominación del arte académico francés de la segunda mitad del Siglo XIX que, “aunque utiliza técnicas magistrales resulta a menudo falso y vacío de contenido”. Esta aseveración la hacían los modernos, claro, los impresionistas y toda esta gente renovadora del lenguaje pictórico. Para los que trabajamos en representación del pasado, sin embargo, los pompier, sobre todo en su variante de pintura historicista, nos interesan mucho. Abajo un óleo de Geróme donde se aprecia la parafernalia de los anfiteatros: Los gladiadores son murmillos con su casco característico y la espada corta, los mármoles del podium, la chusma con el pulgar hacia abajo…Muy bien pintado, pero al contrario que Ingres, en mi opinión Gèrôme no nos quiere tanto como aquél. Hubo una exposición suya hace 3 años en el Thyssen.
Aunque no es francés, sino inglés, Alma Tadema puede ser considerado un Pompier que se especializó en el mundo clásico. Se le puede acusar de blandito y floral pero a mi juicio nadie ha pintado el ideal del clasicismo como él, excelente en la representación de la arquitectura y sobre todo de los personajes. El mundo virtual 3D no ha logrado todavía sacar al ser humano del plástico, algo que la pintura consiguió desde sus primeros tiempos, allá en el Neolítico.
Si eres tresdesero fíjate también en la luz de esta obra de abajo, similar a la cenital del MAX. Alma Tadema la usaba mucho, lo que le permitía pintar al mismo tiempo un exterior y un interior y que todo se viera. En el siglo XIX tenían una técnica en la pintura increíble. Cuando yo estudiaba Bellas Artes todos estos academicistas estaban mal vistos, las Vanguardias históricas los habían derrotado y recluido al olvido. Ahora mismo ocurre al revés, el Realismo triunfa por todos lados. En aquella época yo mismo los tenía por decadentes. Alma Tadema lo es, pero a pesar de eso no puedo evitar que me encante; incluso en los radicales tiempos de la Facul de Bellas Artes en los que gastaba horas y horas en la biblioteca viendo monografías de pintores. A Alma Tadema y a los clásicos los miraba a escondidas, en actitud vergonzante. Así era la cosa en aquel momento. Espero ser lo suficientemente inteligente como para asumir ahora la vanguardia que en estos tiempos parece tan distante. De todos aprendemos, también de los que trabajaron en la disección del lenguaje gráfico y nos enseñaron a mirar. Un cuadro o lo que sea.
De hecho, los infografistas somos los sucesores de estos pintores historicistas. Trabajamos sobre un tema, que es la Arqueología, y nuestras obras deben explicar a la gente lo que ocurre con el lenguaje que los medios nos proporcionan ahora. No se trata de imitarlos, ahí fallaríamos estrepitosamente, de lo que se trata es de hacer lo que los recursos actuales nos permiten y contar la Antigüedad desde el punto de vista de nuestras necesidades y aspiraciones actuales.
Hay una exposición de Alma-Tadema en el Thyssen. Hasta el 12 de Octubre.
Tras la sucesión de vanguardias históricas y de la abstracción, en los años 70 surge el Hiperrealismo en USA. Consistía en reproducir fotografías proyectándolas sobre el lienzo. Se pintaban escenas sobrecargadas de efectos tales como los brillos, espejos, etc. con un importante componente Pop. Era un realismo tan fotográfico que se veían hasta los desenfoques de la cámara. Como fue un movimiento que se gestó en Estados Unidos triunfó en el Mundo. En los 80 hubo una exposición de estos grandes lienzos en el Centro Cultural de la Villa (Madrid). Si yo tuviera este cuadro en mi casa, no tengo duda de que antes o después acabaría tirándolo por la ventana. Qué angustia, por favor!
También se pudo ver en Madrid hace un par de años la exposición de Antonio López, nuestro realista local. A mi juicio, infinitamente mejor que los americanos del hyperealismo fotográfico. Las losas del suelo de este dibujo a lápiz hecho también teniendo una fotografía a mano (fíjate si no en la curvatura de las losas que Leonardo hubiera dibujado paralelas. Pero es que la percepción trabaja así: La cámara de fotos ve las paralelas curvadas debido al objetivo de la cámara, igual que el ojo humano. Lo que ocurre es que la percepción descodifica los estímulos visuales y nos hace ver las cosas como queremos, las paralelas rectas. Alucinante obra: cuando ves este dibujo en directo, te tira para atrás. Se pueden ver los estudios que el autor hace de la curvatura de las losas con anotaciones en el propio dibujo. Antonio López nos enseña a mirar y eso es un lujo…
En los años 80 se puso de moda el aerógrafo. Era un tipo de ilustración muy buena para publicidad, para hacer los motores cromados de los coches e imágenes presuntamente fotográficas. Se pagaban muy, muy bien. Los diseñadores gráficos del momento vivían como los Yuppies. El póster del discóbolo futurista de abajo estaba en todas partes, bares, locales habitaciones de estudiantes…lo recordaréis los de aquella época. Pero la supuesta virguería técnica haría reir hoy a cualquier infografista 3d iniciado. He sacado esta imagen en concreto porque una vez, haciendo mis primeros pinitos de ilustrador, estuve en una fiesta en casa de su autor y tenía allí el original. Un piso de 300 metros cuadrados en plena plaza de Santa Ana de Madrid. Por suerte esta imagen tan mediocre ha pasado al olvido para siempre.
La fiesta, sin embargo, resultó excelente :).
El realismo fotográfico. Esto es otro cantar. Hay fotógrafos estetas que componen, iluminan, preparan sus modelos… pero la verdadera belleza de la fotografía radica en su valor documental. Por eso las fotografías antiguas que nos muestran los sitios arqueológicos tal como estaban al excavarse, o antes, nos resultan tan inquietantes. Los sitios arqueológicos tienen una vida muy larga, desde que se edifican por primera vez hasta su decadencia y desaparición, y luego su resurgimiento gracias a la Arqueología. Los infografistas tenemos que estar a todas, pero lo que más cercano tenemos es lo que se ha producido contemporáneamente a nosotros, que es el estudio arqueológico de los Yacimientos. 
Yo creo que a los responsables administrativos de los yacimientos arqueológicos no les gusta que se vean demasiado estas fotografías, porque ponen en evidencia los excesos reconstructivos que se han podido cometer. Fíjate por ejemplo abajo en la reconstrucción Fake que se hizo en los años 20 del frente de la escena del teatro de Mérida con un sólo piso de columnas. Hubo que demolerla y rehacerla de nuevo. Según parece también con fallos.
Nuestro primer trabajo de arqueología virtual en el siglo XX fue también sobre este teatro y, además de la poca calidad gráfica que lográbamos en aquellos tiempos cometimos también errores de interpretación arqueológica. Errores que no afectaron para nada al teatro. Difícilmente pueden decir esto los que se dedican a poner cemento portland sobre los restos primigenios. Señores, seamos auténticos: los arquitectos tienen que restaurar los restos hasta su punto justo, que es reponer los elementos dispersos en su sitio original si se puede, pero sin inventar nada. Las reconstrucciones debemos hacerlas los infografistas que, si erramos en nuestro trabajo, éste pasa al olvido sin ningún daño para los restos originales.
En el momento actual, además de documento, la fotografía se ha convertido en una herramienta indispensable en su versión fotogramétrica, como podéis ver en esta imagen 3D de las termas urbanas de Mérida que hizo Marco Aza Lozano. Sobre la malla creada a partir de las fotos pudimos hacer intentos de colocar, in situ, la ubicación de las piscinas de esas termas. Podemos, por fin, hacer anastilosis virtuales sobre los propios restos, también virtuales. 
Y volviendo al fotorrealismo de las imágenes 3D tengo que declarar que me parecen excesivos los tratamientos de la luz que se ceban en los reflejos y transparencias, Recordad el hiperrealismo americano que hemos visto antes, mirad también estos renders de las teteras clasicas del Max donde se prueban las cosas, en este caso con protocolos de iluminación HDRI. efectos de luz, efectos de transparencia, efectos, efectos… 
En busca del realismo más estrepitoso podemos perder el norte; y el resultado nos conduce muchas veces a esas imágenes virtuales sofisticadas pero gélidas y distantes. ¿Te gustaría vivir en el sitio de la imagen? Sinceramente a mi no.
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